miércoles, 22 de julio de 2009

El umbral del sueño

Pues no sé exactamente si serán 24º o 25º, el punto de calor en el cual no puedes conciliar el sueño. Esta noche ha sido una de esas calurosas, de llevarte una hora dando vueltas en la cama, de sentir las sábanas pegadas, de levantarte a beber agua, quedarte un rato de pie mirando por la ventana y comprobar si corre algo de aire (de que no) y volver nuevamente a la cama a ver si ésta es la definitiva. Aún así, parece que coges el sueño y al volver a despertarte del calor y mirar el reloj, ves que sólo han pasado 15 minutos. Uff, que agobio.

El ventilador hace bien poco, y a duras penas te levantas a la mañana siguiente con la sensación de no haber descansado, el cuerpo molido a golpes de calor.

Hoy, sin duda, será un día caluroso. Uno de esos que muestran las pelis americanas, en las que se ve a los niños en la calle jugando con el agua de las bocas de riego. Aquí será un día sin gente en la calle, salvo para lo imprescindible. Y según he podido leer, quedan un par de días pegajosos y sofocados.

Desde mi ventana

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